Me obsesioné con el blanco y, por oposición con el negro (“el blanco, quiere ser negro, y lo será en algún momento”). Comencé a tomar fotografías de los pequeños objetos que tenia de color blanco, luego de cosas con las que me cruzaba y que llamaban mi atención. Fui seleccionándolas y catalogándolas según algunos parámetros que se me antojaron. Esta operación de poner nombres también se transformó en parte importante del proceso. Finalmente, no solo incluí objetos blancos sino algunos de color negro. En muchos de mis trabajos utilizo estos dos colores solamente o predomina uno de ellos. En esta obsesión, imagine crear un culto a lo blanco, invente altares, propuse “reglas” e hice de dios.
Es una
obra que está en continuo desarrollo, abierta a nuevas fotografías y nuevas
categorías.
VESTIGIOS INÚTILES
VESTIGIO DE UNA IDEA
VESTIGIOS FUGACES
Fotografías - 2012/13/14
